Es sumamente indignante que personas de todas las edades, de todas las culturas, de todos los Países, de todos los coeficientes, etcétera, cometan con tanta facilidad y con tanta frecuencia el grave error de escribir con minúsculas el tratamiento hacia DIOS, primero, cuando ese tan mínimo respeto es para quien los creó, los tolera y los sustenta, segundo, cuando lo justo, y lo conveniente, que es imposible que sea más fácil, es escribir por lo menos la primera letra con mayúscula, tercero, cuando ni siquiera el menos digno de los mortales acepta la escritura de todo su nombre en minúsculas y lo considera una falta de respeto y además discriminación, cuarto, cuando en el mismo texto escriben con mayúsculas cosas vanales, ridículas e inútiles, quinto, cuando se supone que deberían saber que escribir con minúsculas el tratamiento hacia DIOS, es referirse a inventos de dioses del hombre, y sexto, cuando la Biblia y las personas alrededor del mundo instruyen para que jamás nadie vuelva a escribir mal el tratamiento hacia DIOS.
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